martes, 30 de marzo de 2010

Querido John


Sí. Caí en la tentación. No pude resistirme a entrar a ver una de las mayores cursiladas del momento.
Si aún estás a tiempo, no tires el dinero. Como mucho descárgala de internet. Aunque muchas al final, tras leer esto, lo tirarán de todas formas.

Si soy sincera, nada más oir un fragmento en la radio, pensé: Dios mio, a ver quién es capaz de tragarse este autentico pastelón, y encima pagar seis eurazos por ello. Un crimen.

Pues fuí capaz. Nunca digas de este agua no beberé, porque siempre acabarás cayendo. No me equivoqué.
Amaneció con un sol espléndido, pero la probabilidad de lluvia era de un 80%. Así que a la una de la tarde ya se había cumplido la predicción, y en Sevilla, muchas cofradías se resguardaban, interrumpían la estación de penitencia o cancelaban la salida este año.

Pensamos un plan alternativo, y salió ganando el cine. Últimamente no suelo ir mucho, prefiero descargarlas, grabarlas en el disco duro portatil y verlas en la tele mientras estoy en pijama tirada en el sofá o la cama. Pero un día es un día.

Una amiga se emperró en verla, y las otras pelis en cartelera tampoco llamaban mucho la atención.

Lo único que se salva es el actor, que tiene unos cuántos seguidos. Sus orejas son un poco grandes, pero...¡que espalda!
¿Quieres conseguir un taquillazo? Pon un buen actor. Es decir, bueno de buen culo y buena espalda. Es indiferente que actue mejor o peor. La crítica puede comérselo con patatas y aún así muchísimas féminas se gastaran el dinero para verlo. Una de ellas yo.
O ya hay veces que las hormonas nos traicionan, y da igual que no sea un bombón, que lo verás como tal. Aunque no sea de esos tipos que llaman tu atención cuando andas por la calle. Veáse el Señor Pattinson. Qué de pasiones despierta, y eso que tiene una carita que no hay por donde cogerla. Y me vuelvo a incluir en este grupo.

Cómo me dejo llevar por la marea de la moda. Cómo me traicionan las hormonas. Cómo puedo seguir pensando en la perfección masculina. Cómo el cine te hace soñar que lo imposible puede ser posible.

sábado, 27 de marzo de 2010

Demasiadas voces


-Gira a la izquierda en el stop.
-Bueno, también puede seguir recto y más adelante entonces girar ¿no?Le sería más cómodo.
-Ten cuidado con el stop. Mira bien.
-Que sí, pesadas. Sigo recto mejor.
...
-Coge la rotonda y al fondo.
-Sigue recto.
-Ahora tienes que girar a la derecha, al final de la calle.
-¡Por ahí!
-¡Nooo! Por ahí no tía.
Risas. Muchas risas.
-¿Cómo quieres cruzar a la otra calle por medio de la acera? Vaya tela.
- Por aquí, ahora sí.
Ella se reía. No podía parar. Su atención se redujo más de la mitad.
Y se saltó el stop cuando iba a girar a la derecha. Faltó muy poco.
Menos mal que al final dejó de oir las voces de todas y se concentró en pensar por ella misma. No sabía el camino, pero entre tantas voces y opiniones, perdernos hubiera sido lo menos que hubiera sucedido. Menos mal que volvió su determinación.
Sólo intentan ayudarte. Pero tienes que saber a quién escuchar, porque corres el peligro de ahogarte entre tantas voces diferentes.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Lilith


Cuando Dios hubo creado al primer hombre solitario, se dijo: "No es bueno que el hombre esté solo", y le creó una mujer tomada, como él, de la tierra, y la llamó Lilith.
Desde ese momento no cesaron de rivalizar entre sí. Ella decía: "No me acostaré debajo", y él decía: "Yo tampoco me acostaré debajo, sino encima, pues tú estás hecha para estar debajo y yo encima."
Ella le dijo: "Los dos somos iguales, pues ambos venimos de la tierra." Ninguno de ellos escuchaba al otro. Constatando esto, Lilith pronunció el Nombre maravilloso y se ocultó en el espacio aéreo.
Adán oró ante su Creador y dijo: "Soberano del mundo, la mujer que me has dado ha huido lejos de mí." En seguida, Dios envió a tres ángeles en su búsqueda, para hacerla volver. Dios dijo a Adán : "Si ella quiere regresar, todo está bien. Si no, deberá aceptar que cien de sus hijos mueran cada día."
Los ángeles partieron en su búsqueda. La sorprendieron en el corazón del mar, en las aguas tumultuosas que, en el futuro, ahogarán a los egipcios. Le dieron la orden del Señor, pero ella no quiso volver. Le dijeron: "Te hundiremos en el mar." Y ella les replicó: "Dejadme, he sido creada para enfermar a los niños de pecho: desde su nacimiento hasta los ocho dias, si son muchachos, yo me ocupo de ellos, y desde su nacimiento hasta los veinte dias si son niñas." Después de haber oído sus intenciones, insistieron en capturarla. Ellas les hizo esta promesa: "Cada vez que vea vuestros nombres o vuestras imágenes inscritas en un amuleto, no tocaré al bebe que lo lleve." Ella debió aceptar que cien de sus hijos murieran cada día, y por ello todos los días mueren cien demonios. Cuando escribimos el nombre de estos ángeles en un amuleto llevado por los niños pequeños, Lilith los ve y se acuerda de su promesa, y el niño se cura.

Leyenda judia, Alfabeto de Ben Sira (siglo X).
(extraido del libro: "A la sombra de Lilith" de Carmen Posadas y Sophie Courgeon.)

domingo, 21 de marzo de 2010

Caminos



Muchas veces miro hacia atrás intentando divisar el camino que se bifurcó del mío hace tiempo.
Muchas veces es evidente que alguien abandona tu camino y decide seguir su rumbo por otro. Pero otras tantas, cuesta darse cuenta de cómo se aleja una persona.
Aunque cada vez la veas más pequeñita, más lejos y te cueste más trabajo oirla; tú le sigues gritando. Una y otra vez. No te rindes. La esperanza esta ahí.

Soy consciente de cómo se aleja, y duele. Aunque sigo divisándola y veo como avanza, mis gritos le parecen susurros. Susurros a los que ni siquiera atiende. Susurros que escucha como melodía de fondo.
Mis palabras en otro tiempo fueron fuente de sus decisiones, sus consejos me ayudaron a dar importantes pasos en mi camino.
Un día topamos con un puente, pero ya no se si fue ella quién cruzó y me dejó atrás o fuí yo quién avanzó y no quiso acompañarme.

sábado, 20 de marzo de 2010

Mil recaidas

No era el mejor amante. No era el mejor confidente. Ni siquiera era el mejor amigo. Y aún así, ella cayó una y otra vez.
Era parte del pasado, pero siempre salía a relucir su maravillosa presencia en las interminables conversaciones. Su nombre iba atado a las experiencias que relataba, a las numerosas anécdotas que contaba.
Aunque ella lo negara una y otra vez, de las mil formas que sabía, él aún seguía presente.

¿Pero no era ella consciente de ello? ¿pretendía hacernos partícipes de otra realidad que no la avergonzara? ¿o quizás pretendía convencerse a sí misma repitiendo en voz alta que no sentía nada?

viernes, 19 de marzo de 2010

La fresca hierba

Poso mi trasero sobre la hierba húmeda. Inhalo un poco de aire. Limpio, fresco y lleno de sol. Me rindo, y dejo que invada cada hueco vacío en mis pulmones.
Abro los brazos hacia el cielo y me dejo caer hacia atrás. Con seguridad, sin miedo. Conociendo, sin probabilidad de error, que estará ahí todo el tiempo que quiera permanecer descansando sobre ella.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Nuestras charlas trascendentales

A veces, cuando tomamos café, hablamos de hombres, tamaños y posturas.
Otras, de cómo cambiar la rueda de un coche, si dejas escapar gases delante de tu pareja o si bailas y cantas mirándote al espejo antes de meterte en la ducha.
No hay nada más divertido que una conversación aparentemente absurda.
Pero en otras ocasiones, nos adentramos en temas más profundos. Puede que partícipemos todos, o bien sólo reflexionemos las féminas mientras ellos hablan de fúlbol, o viceversa; sólo que nosotras hablamos de hombres, para variar.
Cuando estamos solas nos dedicamos a comportarnos de forma similar a los hombres, pero eso queda entre nosotras. Hacemos pulsos, comemos todo los que nos da la gana y bebemos cerveza.




En esta ocasión salió un gran tema: el feminismo. Una amiga, Ana, comentó que su profesora de Sociología siempre ponía ejemplos enfocados a lo mismo. Y ahí empezamos a cavilar y elucubrar.

Somos diferentes. Nadie puede negarlo. La génetica así lo indica.
Nuestros cuerpos son diferentes, lo que nos recuerda que no procedemos de un molde único. Nuestros cerebros son diferentes, siendo el de la mujer más pequeño que el del hombre, aunque no hay una relación directa entre tamaño del cerebro e inteligencia. Y no quiero entrar en la clásica discusión de que género es más inteligente. Sería absurdo.
Nuestras hormonas influyen en nuestro desarrollo y conductas. Los estrógenos femeninos y los andrógenos masculinos. Mientras que la formación de los órganos sexuales femeninos es un proceso programado, que no requiere de ninguna intervención hormonal, la formación del aparato reproductor masculino no sería posible sin la testosterona que comienzan a producir los testículos recién formados.
Aunque no pretendo hacer de este tema tan complicado, una mera simplicidad. Porque no lo es.
Nosotras dominamos mejor el lenguaje verbal, somos mejores comunicadoras, estamos mejor dotadas para el aprendizaje de idiomas, somos más emotivas y empáticas y podemos realizar múltiples tareas a la vez.
Ellos dominan mejor el espacio, el razonamiento matemático, piensan de forma lineal, separan los racional de lo emocional y no pueden diversificar su atención.
Todo ello a rasgos generales.
Cuando hablamos de feminismo, hablamos de igualdad de derechos y oportunidades. Ya existen desigualdades, no creemos nosotros mismos nuevas diferencias. Esa es la idea.

He entrado en un delicado tema. Hay aspectos sociales muy importantes. Nosotras soportamos la mayoría de la carga familiar y somos nosotras mismas las que nos ponemos el famoso techo de cristal. Llega un punto en que dejamos de sacrificar más tiempo por nuestro trabajo, y preferimos quedarnos ahí para seguir atendiendo nuestras responsabilidades familiares.
La maternidad es un obstáculo visto como algo negativo para la rentabilidad de la empresa: bajas por maternidad. Cuando es algo positivo para la sociedad y lo que nos mantiene en pie.

Un amigo dice que odia a las feministas, que queremos estar por encima de los hombres. No sé a que se debe este odio incondicional. Cuando hablamos de ello, acabamos discutiendo. Es algo automático e irrefrenable.

A quien le guste este tema os aconsejo leer "A la sombra de Lilith", de Carmen Posadas y Sophie Courgeon.

domingo, 14 de marzo de 2010

Lorenzo



Que me pique la piel cuando estoy más de 15 minutos bajo tu poderío.
Que vuelva a tener sentido usar gafas de sol.
Que vuelvas a hacer que me sienta feliz porque sí, y punto.
Que me des ganas de salir y disfrutar del día.
Que no me apetezca estar en la cama, porque ya no hay lluvia que oir ni frío del que resguardarse.

¡Cómo te echaba de menos!
Aunque sé que te volverás a ir en algún momento impreciso y que tu llegada no es definitiva aún... ya al menos apareciste para recordarles a todos que aún seguías ahí; escondido entre las nubes.

lunes, 8 de marzo de 2010

La cuenta atrás

Comienza la cuenta atrás. Queda un mes. Treinta días.
Los nervios comienzan a aflorar, mi cabeza se llena de planes e ideas. El preludio de los preparativos ya está aquí.



Así es el tiempo. Medio año esperando que llegue la fecha, un mes de cuenta atrás y en un abrir y cerrar de ojos, todo habrá pasado y formará parte del recuerdo.
Sólo hay un viaje de fin de carrera, o en mi caso, quizás sean dos. No sé que haré cuando termine este año, pero me gustaría hacer otro ciclo. No sé de qué, no sé dónde. Sólo sé que no quiero pasar aún esa línea imaginaria que marca el fin de una importante y larga etapa.

No quiero pensar que pasará en esos diez dias, ni fabricar sueños imaginarios que no lleguen nunca a cumplirse. Cuando llegue el momento, intentaré saborear cada segundo. Pase lo que pase; ocurra lo que ocurra. Y mientras tanto, estaré disfrutando de las cosas que sucederán mientras espero.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Aparentemente


-Me encantas.- Le dijo él al oido a través de los auriculares, mientras ella hacía prácticas en plató en el papel de presentadora de informativo y él controlaba el sonido.
Bonita frase. Puedes derretirte si escuchas que alguien te dice eso. Incluso puedes llegar a sonrojarte si no te lo esperas como le ocurrió a ella.
Pero, ¿cómo reaccionas si el Romeo ya tiene una Julieta?

¿Qué le ha llevado a eso? ¿Por qué te sientes tú culpable? Porque somos mujeres, y desgraciadamente, tenemos que ser buenas. Es lo que se espera de nosotras y no queremos defraudar a nadie, o al menos, aparentemente.

Porque sin hacer nada, si su actual novia se entera, aunque te llevas genial con ella, cambiará instantáneamente su opinión acerca de tí. Entonces, te sientes incómoda. Eres libre y no tienes ataduras, pero te acaban de atar las manos. Ya no te puedes comportar como antes con él por un simple "me encantas".
Entre lineas has leido que no es sincero a su pareja, que no está conforme y desea más de lo que tiene.
¡Ay amigo! Y si ocurre algo, posiblemente, tú serás el inocente porque tu novia le hará la cruz a ella.

Por lo tanto, si finalmente te harán la cruz,¿ por qué no aprovechar?
Aparentemente tenemos que ser buenas. Los infieles por naturaleza son ellos.
Si eso es cierto, yo soy rubia. Porque la cosa es que, aunque aparentemente seamos buenas, cometamos menos infidelidades y no queramos ser la otra; realmente no somos unas santas, tenemos mala leche, cometemos las mismas infidelidades y si se nos mete un tío entre ceja y ceja somos la otra y todo lo que él quiera. Y lo peor de todo, es que esa mala leche la canalizamos generalmente hacia otras féminas.
Eso es lo peor de ser mujer. Posiblemente quién te ponga la zancadilla sea otra santa como tú.
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