domingo, 29 de agosto de 2010

Noche y día


Cuenta una leyenda china la historia de dos amantes que jamás logran reunirse. Se llaman Noche y Día. En las horas mágicas del atardecer y el amanecer los amantes se rozan y están a punto de encontrarse, pero nunca sucede. Dicen que si prestas atención puedes escuchar sus lamentos y ver el cielo teñirse del rojo de su rabia. La leyenda afirma que los dioses tuvieron a bien concederles algún instante de felicidad y por eso crearon los eclipses, durante los cuales los amantes logran reunirse y hacer el amor. Tú y yo también esperamos nuestro eclipse. Ahora que hemos comprendido que ya nunca volveremos a encontrarnos, que estamos condenados a vivir separados, que somos la noche y el día.

viernes, 27 de agosto de 2010

Mareada

Hay veces que piensas que tus ideas están claras y tus decisiones son inamovibles. De este agua no beberé nunca fue un buen dicho. En cuanto lo pronuncias falta tiempo para tener que tragarte tus palabras.

No me gusta que me mareen, que me busquen y cuando me encuentren me huyan, que jueguen a tres bandas. Son comportamientos que deberían provocar que esa persona se quede sola por no elegir a tiempo, pero no es así.

Esa magia que tiene y ese carisma provoca que nunca sea así.

No caí. No quiero ser presa fácil de la que se aprovechen, aunque yo también consiga algo en cierta forma. No quiero eso que podría conseguir.
Dejaré de hablar en abstracto porque tenéis que estar más perdidos que el barco del arroz, como diría mi madre.

Miraditas tiene innumerables ex, más que nada ex-royitos de verano. Y ahí es donde coincidmos, en nuestra ciudad de vacaciones. Por deducción obvia habreis adivinado que tengo que toparme con todas ellas.
Ahí llegué yo, segura de mi misma y con las ideas muy claras. Además, no había nada que temer, él tenía novia. Pero a medida que hablabamos más y más, como suele pasar cada verano, me comentó que antes de llegar lo habían dejado.
La distancia siempre suele ser una piedra en las relaciones, y ese era su caso ahora que terminaban ambos sus carreras y ella era de otra ciudad.
Así que allí estábamos, los dos solos de nuevo y aumentando la complicidad día a día, hasta que una noche comenzó a insinuarse.

Son esas miradas las que me vuelven loca, estar a cinco centimetros de su boca, oler su perfume... pero resistí. Porque sé que terminar cayendo sólo da problemas, pero él siguió insistiendo.

Teníamos una complicidad tal que todos veían algo que aún no había sucedido y que ni siquiera sucedería en todo el verano. Hablaba con él, intercambiabamos caricias, miradas y risas, ; y yo a cambio recibía miradas asesinas de las demás. Tenía que aparentar indiferencia cuando pasaba horas hablando con alguna de ellas, como ellas debían hacerlo cuando estaba conmigo.

Y así terminé sabiendo que me echa de menos, que tiene momentos conmigo que no cambiaría por nada del mundo, que le complemento... pero que no sabe que será de él y no puede tener nada conmigo, aunque no le faltan ganas para echar a correr de mi mano.

Odio estar mareada, odio tener claro lo que quiero y que mi felicidad dependa de otra persona que me valora como una opción.
Me repito una y otra vez que no soy segundo plato de nadie. Yo soy el entrante, el primer y segundo plato e incluso el postre. Pero aunque me lo repita, aquí estoy, esperando un mensaje o una llamada diciéndome que me echa de menos y quiere verme, para poder correr a su lado como una loca. Como él quizás no correría al mío.

Todo lo que tenía, todos los proyectos ya se quedaron en nada. Ahora sólo pienso en él, y no puedo confesarme con nadie porque me avergüenzo de ello. Eso es lo peor. Pero sigo con la ilusión intacta que él revive en mi con sólo una palabra, con el brillo en los ojos cuando recuerdo como rozaba mi piel. Como una niña pequeña. Porque él podría hacerme aún más feliz y aunque no sea cierto, esa idea no abandona mi cabeza.






miércoles, 25 de agosto de 2010

Lo llamaremos Miraditas

Vuelvo a la ciudad. Vuelvo al calor, a los atascos y a las largas distancias.
Siguen las vacaciones, pero ya el final se precipita sobre mi mente. Lo veo aquí cerca, aunque quede un mes aún.
Un mes de papeleo, un nuevo comienzo en una nueva carrera. Un mes para volver a ubicarme y refrescar las ideas. ¿Todo fue una confusión como hace un año o realmente seguiremos en contacto?

No caí en la tentación, pero me faltaron apenas milimetros...
Miraditas volvió al acecho. Ese al que dediqué varias entradas ya(¿Dónde estaba pepito grillo?, el primer amor, otra vez vuelve),seguirá ocupando más aún.
Así que voy a tomarme unos días para poner las ideas en orden, a ver que saco en claro de todo.



viernes, 6 de agosto de 2010

La mamífera de la que todas hablan


Zorras, pendejas, sueltas, lagartas... así podríamos llegar a rellenar líneas con sinónimos.
zorra.

(Del port. zorro, holgazán, y este der. de zorrar, arrastrar; cf. prov. mandra, zorra, propiamente, 'mandria, holgazán').

1. f. Mamífero cánido de menos de un metro de longitud, incluida la cola, de hocico alargado y orejas empinadas, pelaje de color pardo rojizo y muy espeso, especialmente en la cola, de punta blanca. Es de costumbres crepusculares y nocturnas; abunda en España y caza con gran astucia toda clase de animales, incluso de corral.

2. f. Hembra de esta especie.

3. f. Carro bajo y fuerte para transportar pesos grandes.

4. f. prostituta.

5. f. coloq. Persona astuta y solapada.

6. f. coloq. borrachera (efecto de emborracharse).

7. f. Ec. ojeriza.

8. f. Ur. Remolque de carga con cuatro ruedas de goma o más.


La acepción que nos ocupa es más bien la quinta, con algunos toques de la cuarta.
Y es que cuando nuestras hormonas nos dicen que queremos algo, vamos a por ello, en especial cuando es propiedad de otro. Pero, ¿hasta dónde podemos llegar con nuestro instinto?¿Realmente somos propietarios de algo?¿Tenemos derecho a poseer la vida de alguien?

Y Las protagonistas siempre son mujeres, ¿por qué se habla de zorras y no de zorros?
Puede que tu rol sea el de zorra y no lo sepas. Puede que tú no lo consideres, pero quizás otra pequeña mamífera sí lo vea de esa forma.
Generalmente nos echamos tierra unas a las otras, quedando principitos impunes por el mundo. ¿O son realmente ranas?

El otro día me asaltaron estas dudas cuando intercepté la mirada envenenada de una fémina mientras saludaba a un gran amigo. Su nueva chica, o ¿su nueva víbora? Quien lo conozca sabe que bajo ningún concepto me merecía esa mirada. Él es el peligroso. Yo, en todo caso, la victima. Su novia, la ingenua.

Miramos con malos ojos a la depredadora que se acerca, ¿por qué sufrimos sin necesidad?Es muy conocido el dicho que dice: si amas a alguién, déjalo libre. Si vuelve es que siempre fué tuyo, sino es que nunca lo fué.
¿Culpar a otra persona es lo más sencillo y lo menos doloroso? Eso es lo que me dice mi experiencia.


-Pero ella no está comprometida- le decía a una amiga.

-¿Y qué? Igualmente es una zorra.- Contestó.


Ver la realidad duele, y la realidad era que la zorra no estaba comprometida (al menos en este hipotético caso) y el principito sí. ¿Por qué nos ofuscamos?

¿Existen los zorros? Sí, pero no reciben el nombre de este bello animal. Me ahorro las denominaciones que reciben. No iban a ser ellos menos. Pero esta variante, posiblemente termine en que el principito le rompa la cara al que se metió donde no debía. Y puede que después, te dé una patada en el culo y te mande por donde viniste. Eso sí, soltando pestes de ti y alimentando tu fama de zorra.

X o Y, terminarás siendo la zorra. Por algo zorra es femenino.

La pregunta es, si supieras que tiene pareja, ¿seguirías adelante? Es una tentación de muchos no negar la existencia de alguien ni nombrar a ese alguien. Es un fantasma que vuela alrededor hasta que, quizás, al lanzarte se aparezca de alguna forma.

Puede que quizás sólo te hayas fijado en alguien, surja química, pero un día recibas un mensaje escrito curiosamente por una mujer, amenazándote y diciéndote bellas palabras. O que cuando te decidas a lanzarte, porque no termina de dar el paso, te diga: lo siento, pero tengo novia. ¿Ahora me lo dices? Quizás ese fue mi caso.

Tengo gran experiencia rompiendo parejas, ¿soy por eso una zorra? Prefiero no culparme, yo sólo me fijé en alguien a quien creía libre. O al menos, lo parecía.

Sí, hay zorras, y hay mujeres que se enamoran de príncipes que ya tienen princesa.
Pero si él te la juega, amiga, no le tires todas las piedras a ella. Sólo hay una persona que vulneró tu confianza, una persona que estaba comprometida contigo.
Esa es mi opinión de estas mamíferas que pueden ser camaleonicas. Y tú, ¿qué opinas?


domingo, 1 de agosto de 2010

Otra vez vuelve

Vuelvo a la playa y él vuelve irremediablemente otra vez a mi vida. Este año venía muy convencida: no más oportunidades, no más líos y no más noches en vela pensando.

Pero él me ha buscado, cuando me encuentra me hace un lío y así me deja: con la palabra en la boca.
No quiero confiar en él pero vuelvo a hacerlo. La química vuelve a surgir y todos me miran pensando que he vuelto a enloquecer, que no aprendo.
Y es cierto. Yo pensaba que lo había hecho, pero aparece él y todos mis principios vienen abajo. Eclipsa a todo aquel con el que compite. Todos se vuelven un cero a la izquierda cuando estoy a su lado...
Sé que no debe ser así. Como ya conté, mi primer amor se va y vuelve, pero es algo imposible. Pero aún sigo teniendo esperanzas. Sólo me queda ser fuerte y no volver a meter la pata. Intentaré mostrarme indiferente... ya informaré del resultado.

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