martes, 29 de marzo de 2011

La teoría del cambio


Recuerdo un capítulo de los Simpson en el que Marge alardeaba de cómo había conseguido cambiar a Homer en todos los años que llevaban de relación. Sin darse cuenta, por otro lado, que aquel intento de cambio había sido todo un fracaso.
Aparte de que el intento de cambio sea un fracaso o no, la mayoría de nosotras hemos intentado llevarlo a cabo en al menos una ocasión.
Intentamos que deje de fumar, que beba menos, que se vista de forma decente e intente combinar los colores de forma que no chirrien a la vista, que vaya al gimnasio o haga algo de deporte porque es sano, que estudie y aspire a algo más, que sean menos agresivos, que aprenda a leernos la mente... y así una lista que puede ser imposible terminar. A cada una se os vendrá algo a la cabeza. Segurísimo.

Creo que al menos, una vez, se intenta. Otra cosa es que intentes metamorfosear a más de un compañero. Si haces eso, es que no has aprendido amiga. Te la pegarás de nuevo.
Tengo ya una teoría sobre esto, que siempre expongo a aquella fémina que emprende un arriesgado intento de cambio hacia su pareja sentimental.

-Cariño, es muy fácil. Vas a gastar energías, y lo harás tontamente. Primero, no sabemos si todo tu esfuerzo dará resultado. Segundo, suponiendo que dé resultado, la siguiente que venga se lo va a encontrar todo hecho, y va a disfrutar lo que tú habrás trabajado con tanto sudor y lágrimas. Si es que le gusta el producto que has obtenido, y no quiere volver a cambiarlo.

Conclusión de todo esto: no malgastes tiempo ni fuerzas. O lo tomas como es o lo dejas.

Yo, suelo ser de las que tropieza una vez y se cae, como todos. Pero no suelo tropezar dos veces con la misma piedra. Aprendo rápido.
Yo me tropecé. Tenía a mi lado a alguien poco maduro en algunos aspectos de su vida, y me empeñé en que cambiara. Soy una persona muy centrada como para perder la cabeza al enamorarme y comenzar a descuidar algunos aspectos que considero importantes en mi vida. Así que en vez de dejar arrastrarme por él, lo arrastré yo a él. No sin esfuerzo, quebraderos de cabeza y demasiadas (para mi gusto) mañanas y tardes de discusiones.
Parecía otra persona. Cambió a mejor, al menos según su entorno. Se centró y, aparentemente, maduró. Hasta que se acabó. Y volvió a ser el mismo, el que quizás había sido siempre y había estado adormilado por un tiempo.
Tiempo y esfuerzo perdidos. En vano. Porque además, después vino otra. Otra que se lo encontró todo hecho, pero hecho a gusto de otra (que era yo). Así que ésta, a su vez, emplea actualmente esfuerzos en cambiarlo para que se adapte a sus preferencias en cuanto a lo que el amor se refiere. Quizás prefiriera que fuera algo cercano a lo que era antes de que yo aplicara mi influencia sobre él. Con lo cual, conseguiriamos un efecto nulo y un malgaste de energías por parte de ambas.
Así que... ¿Intentamos adaptar nuestra pareja y pulirla para que encaje en nuestro ideal?¿Cada pareja intenta cambiarnos?¿Con cada pareja acabamos siendo una persona ligeramente diferente?

¿Se trata realmente de un circulo vicioso?

lunes, 21 de marzo de 2011

Dependencia


Tengo un pequeño problema. Quizás es un problema de mi generación completa, pero no puedo generalizar. Yo hablaré del mío.

Es un problema de dependencia.
La idea de que alguien dependa de mí...me agobia irremediablemente. Y el problema podría terminar ahí, pero es egoísta que yo pueda depender de alguien sin que aparezca ningún síntoma extraño y cuando la idea de que alguien dependa de mí se cruza en el camino, me lleno de sarpullido. No puedo evitarlo.

Que no tengo instinto maternal es un hecho comprobado por numerosas personas a mi alrededor. No me llevo bien con los críos, puedo contar con los dedos de una mano con los que simpatizo y que aguanto más de una hora seguida. No soporto cuando comienzan a gritar o a llorar sin motivo aparente, porque están cansados y tienen sueño. Juego con ellos, pero les temo que le cojan el truco a algún juego y ya no me dejen tranquila en toda la tarde y me hagan seguir jugando toda la tarde. Esa idea de vivir por y para otra persona me aterra. ¿Saldrá en algún momento el instinto maternal?¿Tiene que salir de forma obligatoria porque soy mujer?¿Si no saliera sería un bicho raro a los ojos de las demás féminas?


lunes, 7 de marzo de 2011

Colaboradora en Intersexciones


No es un misterio que me gusta escribir. Tampoco es un secreto que la inspiración me viene en momentos de crisis, como a muchos.

Pero es algo que me hace ilusión. Una vía de escape.

Da igual si me leen dos personas que ochenta, seguiré escribiendo lo mismo.

Pero si es cierto que me hace mucha ilusión poder participar en algún otro blog, donde mi opinión pueda ser algo más escuchada y dónde haya gente que comparta sus opiniones, discuta conmigo o me mande al cuerno directamente. Imagino que todo el que pasa por aquí y se queda, es porque de alguna forma simpatiza conmigo.
Por eso, os pediría que me votaráis en el concurso de Intersexciones. Por allí pasa tanta gente diferente, con tan radicales y distintos puntos de vista, que...me gustaría que me leyeran y, como ya he dicho, pudieran criticarme. Criticas constructivas, ojo. No soy masoquista ni nada por el estilo.
Así que os animo, y os doy las gracias de antemano a todos.
PD: En la columna de la derecha teneis dónde votar. Estarán abiertas durante 15 días y podeis emitir un voto por día.

Un beso

sábado, 5 de marzo de 2011

Estabilidad


Tengo una amiga.
Le rompieron el corazón.
¿Sabéis de que historia hablo?
Estaba muy enamorada de alguien que la correspondía.
Ese alguien, a su vez, era un poco inestable, en el sentido emocional.
Reconoció que su inestabilidad solo le traería problemas, a ella.
Así que nunca hubo un nosotros.


Él había estado ahí desde hacía tiempo.
Eran amigos, sin derecho a roce, manteniendo una prudente distacia.
Pero esa distancia se fue acortando.
Quizás fue por aquello que ocurrió (eso de que a ella le rompiera otro el corazón).
Las bromas e insinuaciones comenzaron.
Llegó un momento algo borroso y dudoso, una frontera mal dibujada e imprecisa.
Cuando se quisieron dar cuenta se estaban besando.
A la noche siguiente continuaron donde lo habían dejado.

Su relación continua.
Ya van 6 meses.
Y yo, sigo preguntándome si ella es feliz.
Todas nos lo preguntamos.

No pone caras de tonta cuando ve una llamada.
No vemos la pasión inicial que suele haber en las relaciones que comienzan.
Dice encontrarse en un momento muy feliz.
Me aconseja que disfrute el comienzo de esto que estoy viviendo, que es lo más bonito.
Que ella ya se encuentra en un momento de estabilidad.

Y yo, de nuevo, sigo dándole vueltas.
Ella hablaba de estabilidad desde el segundo mes.
¿Es bueno llegar a la estabilidad en tan poco tiempo?
¿Pudo olvidar a ese que le rompió el corazón de forma fácily rápida?
¿Puede ser que pusiera en práctica aquello que dicen de que un clavo saca otro clavo?



martes, 1 de marzo de 2011

¿Infantil o no?


-¿Crees en el amor a primera vista?
- No, eso es infantil. Creo en el mirar mas allá.



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