sábado, 30 de octubre de 2010

Ley de Murphy


Una ruptura tiene varias fases: llanto, negación, rabia, odio e...¿indiferencia?.
Eso he pensado siempre.
Pero falta un factor a analizar muy, muy importante. Es el factor competición. ¿Más que nada por la persona que fue abandonada para demostrar que ha rehecho su vida? ¿ O quizás por la persona que cortó la relación para hacer ver que ha salido ganando con la decisión que tomó?

Siempre imaginas encontrarte con esa persona en el justo momento en el que estas jodidamente radiante y fantásticamente acompañada. Aunque normalmente suele ser cuando estás hecha un auténtico despojo humano, sin maquillar y quizás con la única compañía de un humor de perros porque el día ha ido de mal en peor. Se llama ley de murphy, a mi me acompaña cada día: cuando se me cae la tostada bocabajo, cuando no llevo paragüas y llueve o cuando pensaba en faltar a clase y decido ir pero el maldito profesor falta sin poner anuncio y estás esperando tres cuartos de hora a que el canalla aparezca por la puerta.


Un Viernes coges el tren para volver a casa después de un día de narices. Sales de clase a las 9 de la noche con el único deseo de zamparte un trozo o dos de tarta de chocolate, tirarte en el sofá y ver alguna película en la que los personajes sean tan desgraciados que te hagan sentirte la dueña del universo; aunque posiblemente te quedes dormida a mitad de la película y al día siguiente tengas que volver a verla de nuevo porque no te enteraste de la mitad del embrollo.

Te sientas y sacas tu libro para leer. Un libro de terror con una portada digna de ver. Y no lo leoporque se acerque jalogüin, no... es que me gustan, señores, y no soy capaz de ver pelis de miedo, pero me envicio a esas tramas que da verdadero pánico . Mis amigas me llaman friki cada vez que lo ven, y aunque me da un poco de vergüenza, no puedo evitar seguir leyéndolos.


Te imaginabas que nadie lo aguantaría: fantasma y cabezota. O lo aguantaría una petarda que le hiciera pasar malos tragos. No creo que dos trenes pasen por tus narices y puedas montarte. Es mucha suerte encontrar otro igual si te has bajado de uno.
Yo aprendí de todo aquello, pero es cierto que también he aprendido a ver de qué pie cojea cada uno, y en cuanto se me acerca alguien sabelotodo y que alardea constantemente, pongo pies en polvorosa. Aunque esté para mojar pan y sea incluso hasta inteligente.
Quizás acabaría con una cría que creyera todas sus pamplinas, o poco agraciada o cortita de miras. Excepto la segunda, las otras dos no son valorables a simple vista. Necesito conocer a una persona bastante para saber si vende humo o realmente es interesante, y nunca supe echar edades. Y más aún cuando niñas de 18 años se visten aparentando 25. Así que lo único que podría comprobar en un momento dado era cómo de buena estaba la supuesta nueva novia o lío del susodicho. Sí, porque si una tía está buena, sé admitirlo y sé admirarlo también.


Y cuando levanté la vista allí estaba entrando él. Según mi subjetiva opinión, más feito cada día y más idiota cada segundo. Pero allí estaba, dándole besos a ella. Ambos arreglados y preparados para una gran noche. Sus piernas kilométicas, el pelo perfecto y un olor para comérsela.

Él, había ganado la guerra que yo me había montado en mi cabeza. Hizo como que no me vio, aunque seguro que fue inevitable al menos hacerlo de refilón. Imagino y veo razonable que no le diera demasiada importancia a mi presencia fantasmal en aquel vagon, hecha un autentico trapo tras 12 horas fuera de casa.

Yo, que tenía que haber ganado esta guerra absurda porque me lo merecía por lo mal que lo había pasado; que tenía que encontrármelo acompañada de un gran hombre que encontraría por casualidad y del que me enamoraría locamente. Él, que tendría que estar dándose cuenta de lo mal que hizo todo; que tendría que estar solo y cansado de la rutina.

Y era todo al revés, jodidamente al revés.
¿He dicho ya que odio la ley de Murphy?




viernes, 22 de octubre de 2010

Tiempo

Veo mil cosas cada día que me hacen pensar. Sigo cavilando sobre todo, lo prometo.
Pero me falta tiempo. Estudiar, hacer trabajos, ir a clase, hacer deporte... y más responsabilidades añadidas que estoy asumiendo debido a circunstancias familiares, aunque lo hago encantada. Todo sea por sentirme útil y ayudar en todo lo posible en los momentos más... complicados.

Llego a casa con ganas de una ducha caliente, ponerme en pijama, cenar y tumbarme sin hacer nada viendo una película o una serie; o llego tarde porque aprovecho para relacionarme con mis amigos. No me gustaría perder la costumbre y convertirme en un ser antisocial. No, gracias.

Así que sigo leyendo a mucha gente, compartiendo opiniones y puntos de vista, pero sin tiempo para ponerme a escribir. De tener una idea a darle forma hasta dar por bueno un post hay un gran camino. Para mí, puede suponer quizás unas tres o cuatro horas. Horas que no tengo.


Más vale no escribir nada que escribir textos que considere pésimos según mi punto de vista. Soy muy exigente conmigo misma. Es jodido a veces, aunque me gusta.

Esto no es un adiós ni mucho menos. Ni siquiera un hasta luego. Es un necesito tiempo. Espero que no sea mucho.


sábado, 16 de octubre de 2010

De cómo enormes gilipollas dejan a grandes mujeres


Algo que he observado en estos últimos años de mi existencia es que enormes gilipollas dejan a grandes mujeres.
Debe ser una mala jugada de la estadística, pero las muestras se amontonan a mi alrededor. Quizás otra persona no haya visto apenas ningún caso parecido a este. Sí, es que todos están sucediéndose delante de mis narices. Hay una gran concentración de ellos, por desgracia.

Grandes mujeres se enamoran de buenos tipos. Con el tiempo, las amigas nos vamos dando cuenta de que ellas suelen destacar más que ellos: estudios, cultura, valores... Y ahí seguimos, haciéndonos a la idea de que nuestra amiga está con un pequeño ser un poco acomplejado, que quizás no era tan bueno como pensábamos.
Comenzamos a ver feos, vemos cómo cambian de forma inconsciente para no destacar frente a ellos y como ellos, incluso comienzan a crear tensiones entre ella y sus amigas y familia.
¿Nunca os habéis encontrado con un caso parecido? He visto al menos cinco en lo que va de año.
Y me revuelvo cuando viene llorando que les han dejado:
-No soy para tí, no puedo hacerte feliz.
-Necesito vivir la vida y salir y entrar. Aunque tengo claro que te quiero.

A algunas han llegado a ridiculizarlas, a hacerlas sentir mal por salir solas y seguir manteniendo su independencia. Cuando hablo de independencia me refiero a ocupar tu tiempo como quieras, seguir tus metas independientemente de las que tu pareja tenga; no excluyendo un proyecto de pareja y planes en común.


No encuentro la explicación.
Siempre piensas, ya queda menos para que le pegue la patada en el culo. El tío es un completo imbecil, no puedo creerme de qué forma llega a cegarnos el amor.
Finalmente ocurre todo lo contrario, aquello que jamás hubieras llegado a imaginar.
Ahí está ella, lamentándose y pensando qué hizo mal. Y ahí es cuando entras tú: Mira cariño, nunca lo entenderé, pero que sepas y te quede muy claro que es un enorme gilipollas y ha dejado a una grandísima mujer.

Y no es amor de amiga, es la pura verdad.



viernes, 8 de octubre de 2010

Lo importante en la convivencia


Uno...
Dos...
Tres...
Cuatro...
Cinco...
Seis...
Siete...
Ocho...
Nueve...
Diez...


Respira hondo y cuenta hasta ese bonito número. Es la primera regla que tienes que seguir para lograr una convivencia que pueda calificarse como tal. Y así está extraido de mi gran amiga la wiki:

La convivencia es una forma de vivir que debemos escoger desde muy jóvenes. Para la convivencia positiva es necesario el respeto, el amor, entre otros, debemos tolerar costumbres de otras personas.

': 'El ser humano, tiene dos necesidades sociales básicas: la necesidad de una relación íntima, estrecha con un padre o un cónyuge y la necesidad de sentirse parte de una comunidad cercana e interesada por él. Somos fundamentalmente animales grupales y nuestro bienestar es mucho mayor cuando nos encontramos en un ambiente armónico, en el cual vivimos en estrecha comunión.'

La investigación ha mostrado que cuando estamos solos estamos más predispuestos a sufrir accidentes, enfermedades mentales, suicidio y un amplio espectro de enfermedades. Para la supervivencia es indispensable la independencia y la autoconfianza, pero en el discurrir de nuestra vida no podemos prescindir del apoyo y de la compañía de los otros.

Como señalan ciertos exponentes del existencialismo no puede haber un "yo", sin un "tú". Esta interdependencia social es mucho más que un abstracto concepto filosófico, constituye una necesidad humana fundamental.

Es la condición de relacionarse con las demás personas a través de una comunicación permanente fundamentada en afecto y tolerancia que permite convivir y compartir en armonía en las diferentes situaciones de la vida.


Cada hogar es un propio mundo, como bien dice el propio anuncio tan conocido: "Bienvenido a la República independiente de tu casa".
Ciertamente, no todos los hogares son repúblicas. El patriarca antiguamente imponía su ley, mientras que la mujer manejaba los hilos entre las sombras. Hoy día, la familia pasa cada vez más a ser un resultado del consenso y del acuerdo.
Es en el día a día donde aprendemos los valores más importantes que marcarán cómo funcionará nuestro propio hogar. Porque irremediablemente aquello que aprendamos en casa, lo aplicaremos en el futuro, intentando corregir algunos matices.

La empatía es algo muy importante para una convivencia feliz. Debemos aprender no sólo de las palabras de otros, si no de sus actos y sus reacciones diarias. Acabamos desarrollando una intuición que nos dice cuándo es el mejor momento para hablar con esa persona de algo importante, cuándo debemos darle cariño o cuándo es preferible dejarle su espacio para evitar recibir malas contestaciones. Pero es algo duro de aprender y que nos lleva desde la infancia. Es ahora, a la edad de 21 años cuando he conseguido mantener una convivencia pacífica en casa. Sé cómo abordar un problema, cuándo callarme y ser fléxible en todo lo posible. Ya no hay motivos de peleas, porque las personas que conviven conmigo han aprendido cuáles son mis necesidades, mi carácter y tienen el radar activado en mis mejores y peores días. ¿Cómo saben no dirigirme la palabra cuándo he tenido un día de perros? ¿cómo descubren que estoy enamorandome? Me conocen, y según mi estado, han aprendido actuar en consonancia con él.

Posteriormente, puede darse la situación de tener que convivir con personas que no has elegido tampoco y no conoces de nada. Es el caso de personas que van a vivir a otra ciudad por cuestiones de trabajo o estudios y deciden compartir su espacio vital con otros por motivos económicos. Son los llamados compañeros de piso.
Es ahí donde cobra una especial importancia la tolerancia y el saber contar hasta diez, porque puedes tener suerte... o no. Las primeras impresiones engañan, todos lo sabemos... Pero es algo relativamente pasajero que puede aportarte grandes experiencias tanto si tuviste suerte y coincidiste con maravillosas personas como si diste con personas totalmente incompatibles contigo. ¿No crees?

Comenzar a vivir con tu pareja es otra historia. Es alguien a quien escogiste por voluntad y con conocimiento, alguien a quien quieres y por quien quizás puedes dar a tu brazo a torcer más que por otros. Es algo que creo que hay que probar antes del matrimonio (si está en tus planes) porque quizás resulte un fracaso absoluto. Recuerdo una conocida que se casó hace poco, y me decía que su convivencía sería genial. Ella no tenía la menor duda, había convivido con él algunos fines de semana. ¿Estamos locos? Durante una semana todo puede ser maravilloso, cuando estamos relajados. Cuando llegas de trabajar cansado, sin ganas de nada es dónde se ven los límites de cada uno. Meses hacen falta, incluso años pueden pasar para encontrar el equilibrio y adaptarse uno a otro.
Y si no funciona, siempre existe el divorcio. Así convives contigo mismo, que también tiene su dificultad aunque no lo creamos. Hay personas a las que les aterra la soledad. ¿Será que no se aceptan tal y como son? Estar solo, pensar y ser consciente de que la convivencia es necesaria, pero que al principio de la vida y al final eres un individuo independiente y que debe enfrentarse sólo a ello, da miedo a muchos.

Mil formas de convivencia, mil reglas diferentes y mil maneras de arreglar los desacuerdos. Cada uno puede adoptar los que quiera mientras todos estén de acuerdo. Lo básico son los principios. El respeto, la empatía y la tolerancia. Y nunca, nunca, nunca olvidar contar hasta diez.

lunes, 4 de octubre de 2010

Tuenti obsesión


Me está empezando a dar corage todo el tema de las redes sociales. Me da corage a partir del punto en el cual las personas a mi alrededor se vuelven tuenticansinas.
Si salgo una noche, al día siguiente están todas las fotos subidas: yo con una botella, yo bailando con un amigo, yo cayendome de la silla o con una cara que nadie debería ver jamás. Todos saben dónde fui, con quién estuve y cuántas copas me tomé de más.

El Viernes tuve una cena. He subido tras dos días las fotos que me parecían interesantes y que no me importa que vea la gente. Llevan dos días repitiendome insaciablemente que las suba, que se las pase y que lo haga ya.
Hoy he recibido dos sms preguntandome si pueden venir a recoger el pen a mi casa con las fotos. No he subido todas y cada una de las 160 fotos y las quieren para subir todas y cada una en las que salen. No pienso ni contestar. Estoy cenando y me voy a dormir . No voy a perder mi tiempo pasando fotos a cds y lápices de las narices. Lo haré otro día y espero que no se mueran.

Y como vuelvan a dar por culo (con perdón) cojo y borro todas las fotos subidas, y hasta que no se las pase por la vía convencional se van a tener que echar en agua.
Echo de menos las cámaras analógicas, el carrete y tener que esperar una semana a que te entreguen tus fotos, y si querías copias las pagabas. Abrías el albúm y te pasabas la tarde viéndolas.

Esa gente que se pone de estados: ¡anoche fue la ostia!, ¡mucha tela!... o ya directamente dónde han estado o dónde estan o qué hacen y dejan de hacer...

Cuando estáis reunidos y alguien salta: ¡foto tuenti!
¿No puede ser una foto normal y para el recuerdo? Si no la subes al tuenti para el conocimiento de tus contactos ,¿no vale?
Hay una nueva necesidad en las personas: que todos sepan cuán solicitado eres, cuántos amigos tienes y cuántos grandes planes haces en el fin de semana.

Me tocan las narices.


domingo, 3 de octubre de 2010

TAG

Hoy voy a hacer este Tag que me ha enviado Juno
1. ¿Te llevas bien con tu suegra? Ni bien ni mal. No teniamos una relación demasiado estrecha y había algunas cosas que me chocaban de ella.
2. ¿Cuál es tu reto?Terminar mi licenciatura, aprender idiomas y viajar.
3. ¿Qué le dirías a tu jefe si te tocara la lotería? Pues que soy millonaria, pero que sigo tabajando. No podría estar sin hacer nada, la verdad.
4. ¿qué harías si descubrieras que alguien te está mintiendo? Pues depende quien sea y las oportunidades que lleve dadas, le doy otra oportunidad o intento tacharlo de mi vida. depende tamién la gravedad de la mentira.
5. Si se quema la casa y sólo puedes salvar una cosa, ¿qué salvas? El disco duro con todas las fotos y videos desde que era pequeña.
6. Entras en un sitio con mucha gente, ¿qué haces?Darme la vuelta y buscar un sitio con menos gente.
7. Ves el vaso medio lleno o medio vacío? Pues depende la situación y mi estado de ánimo.
8. Te encuentras con una lámpara mágica, ¿qué tres deseos pides? Salud para los míos y para mí, estabilidad económica y poder seguir sorprendiendome de las pequeñas cosas.
9. ¿Qué te llevó a escribir un blog? Plasmar en algún sitio lo que se me pasa por la mente y que alguien pueda leerme, darme su opinión y ayudar a los que estén pasando por situaciones parecidas.
10. Si fueses un dinosaurio, ¿cómo te llamarías? Pues ni idea, sinceramente no sé anda de dinosaurios excepto por la peli el Valle encantado XD)
11.¿Querrías cambiar algo de tu pasado? Nada. Todo mi pasado me hace ser quien soy en el presente.
12. ¿Cual es tu sueño? Viajar y ser feliz disfrutando de cada pequeña cosa que sucede en mi vida.
13. ¿Qué es lo más vergonzoso que has hecho? Si lo contara me avergonzaría aquí. Mejor no revelarlo.
14. ¿Con qué "1º vez" de tu vida te quedas y por qué? Con el primer viaje que hice sola con mis amigos. Un crucero inolvidable.
15.¿Te acostarías con alguien por una apuesta?No.Siempre pierdo las apuestas...
16. ¿Aceptarías una proposición indecente?Una noche por 1 millón de €. Depende con quien. Pero lo más posible es que sí.



¿Nominar? No nomino a nadie...quien le apetezca hacerlo queda invitado.


Related Posts with Thumbnails
Las imágenes que ilustran los posts están seleccionadas de internet. Deja un comentario si alguna te pertenece y tienes algún inconveniente en que sea usada para ilustrar el blog. Gracias