domingo, 24 de enero de 2010

La mirada del amor



El rey estaba enamorado de Sabrina: una mujer de baja condición a la que el rey había hecho su última esposa.

Una tarde, mientras el rey estaba de cacería, llegó un mensajero para avisar que la madre de Sabrina estaba enferma.

Pese a que existía la prohibición de usar el carruaje personal del rey (falta que era pagada con la cabeza), Sabrina subió al carruaje y corrió junto a su madre.

A su regreso, el rey fue informado de la situación.

—¿No es maravillosa? –dijo—. Esto es verdaderamente amor filial. ¡No le importó su vida para cuidar a su madre! ¡Es maravillosa!

Otro día, mientras Sabrina estaba sentada en el jardín del palacio comiendo fruta, llegó el rey. La princesa lo saludó y luego le dio un mordisco al último durazno que quedaba en la canasta.

—¡Parecen ricos! –dijo el rey.

—Lo son –dijo la princesa y alargando la mano le cedió a su amado el último durazno.

—¡Cuánto me ama! –comentó después el rey—. Renunció a su propio placer, para darme el último durazno de la canasta, ¿no es fantástica?

Pasaron algunos años y vaya a saber por qué, el amor y la pasión desaparecieron del corazón del rey.

Sentado con su amigo más confidente, le decía:.—Nunca se portó como una reina... ¿acaso no desafió mi investidura usando mi carruaje? Es más, recuerdo que un día me dio a comer una fruta mordida.

—La realidad es siempre la misma. Y lo que es, es... Sin embargo, como en el cuento, el hombre puede leer un hecho de una manera o de la contraria.

Cuidado con tus percepciones, decía Baldwin el sabio.

SI LO QUE VES SE AJUSTA “A MEDIDA” CON LA REALIDAD QUE A TI MÁS TE CONVIENE...

¡DESCONFÍA DE TUS OJOS!

Jorge Bucay

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails
Las imágenes que ilustran los posts están seleccionadas de internet. Deja un comentario si alguna te pertenece y tienes algún inconveniente en que sea usada para ilustrar el blog. Gracias