Ley 80-20.

El 80% de la riqueza se concentra en el 20% de la población. Así reza el principio de Pareto. Desigualdad en la distribución. Se aplica a diferentes casos y materias.
Pero yo me pregunto por la suerte. He llegado a pensar que el 80% de la suerte se reparte entre el 20% de los mortales. Aunque siempre pensé, para seguir con la relación 80-20, que en cualquier tarea que emprendas sólo un 20% viene de mano de la suerte, mientras que el restante 80% son constancia, dedicación y esfuerzo.

Desde luego, hasta el momento de hoy, creo que la suerte me tocó a mí con la varita mágica. Y soy de esas afortunadas que se encuentran entre el 20% de los suertudos, aunque no creo que sea de las que más suerte tienen dentro del afortunado grupo de los elegidos.

Sí, la vida me ha dado palos. Algunos que en su día vi bien gordos, pero que el tiempo ha suavizado y a día de hoy, no me parecen que sean para tanto. Se trataron de sucesos lógicos que acontencen en la vida, como la muerte de un ser cercano. O sucesos necesarios para avanzar y aprender, como que te rompan el el corazoncito en mil pedazos, que te traicionen y que descubras que no eres nada para quien creías ser muy importante.

En cambio, siempre me toca el exámen que considero más fácil. Aunque puede que me parezca fácil porque ya me trabajé el 80% de esfuerzo y constancia del que os hablaba antes.
Pero suele ponerse el semáforo en verde justo cuando voy a cruzar. Y ahí no juega ningún papel el esfuerzo. Es pura suerte. Y algunas veces me toca, aunque rompa espejos con bastante facilidad.