sábado, 16 de octubre de 2010

De cómo enormes gilipollas dejan a grandes mujeres


Algo que he observado en estos últimos años de mi existencia es que enormes gilipollas dejan a grandes mujeres.
Debe ser una mala jugada de la estadística, pero las muestras se amontonan a mi alrededor. Quizás otra persona no haya visto apenas ningún caso parecido a este. Sí, es que todos están sucediéndose delante de mis narices. Hay una gran concentración de ellos, por desgracia.

Grandes mujeres se enamoran de buenos tipos. Con el tiempo, las amigas nos vamos dando cuenta de que ellas suelen destacar más que ellos: estudios, cultura, valores... Y ahí seguimos, haciéndonos a la idea de que nuestra amiga está con un pequeño ser un poco acomplejado, que quizás no era tan bueno como pensábamos.
Comenzamos a ver feos, vemos cómo cambian de forma inconsciente para no destacar frente a ellos y como ellos, incluso comienzan a crear tensiones entre ella y sus amigas y familia.
¿Nunca os habéis encontrado con un caso parecido? He visto al menos cinco en lo que va de año.
Y me revuelvo cuando viene llorando que les han dejado:
-No soy para tí, no puedo hacerte feliz.
-Necesito vivir la vida y salir y entrar. Aunque tengo claro que te quiero.

A algunas han llegado a ridiculizarlas, a hacerlas sentir mal por salir solas y seguir manteniendo su independencia. Cuando hablo de independencia me refiero a ocupar tu tiempo como quieras, seguir tus metas independientemente de las que tu pareja tenga; no excluyendo un proyecto de pareja y planes en común.


No encuentro la explicación.
Siempre piensas, ya queda menos para que le pegue la patada en el culo. El tío es un completo imbecil, no puedo creerme de qué forma llega a cegarnos el amor.
Finalmente ocurre todo lo contrario, aquello que jamás hubieras llegado a imaginar.
Ahí está ella, lamentándose y pensando qué hizo mal. Y ahí es cuando entras tú: Mira cariño, nunca lo entenderé, pero que sepas y te quede muy claro que es un enorme gilipollas y ha dejado a una grandísima mujer.

Y no es amor de amiga, es la pura verdad.



3 comentarios:

  1. Jejeje weno ellos se lo perderán digo yo... a mi no me importaría que mi mujer fuera mejor que yo en muchas cosas, de hecho las mujeres en muchas cosas ya lo sois.

    A ver si tengo yo suerte y doy con mujeres tan buenas como esas, almenos en cuanto a fidelidad y demás, porque ese tipo de mujeres no merecen esos imbéciles y de imbéciles está el mundo lleno...

    Saludos, Juanjo.

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  2. Es simple estadística...otros las encontrarán...

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  3. No hay nadie perfecto Juanjo, eso desde luego.

    DINOBAT, odio la estadística...es muy posible que mis muestras no sean acertadas y toda mi conclusión tenga un sesgo.
    Un saludo a los dos

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