lunes, 5 de julio de 2010

La Santa al descubierto


El otro día estudiando para un examen, me topé con un concepto que me hizo desconcentrarme. Había algunos ejemplos de roles grupales, entre los que estaba el de el egoísta. Lo definía como: defensor de sus propios intereses y necesidades, intentando encubrirlas y envolverlas en supuestas necesidades grupales.

Siempre parece que las personas saben perfectamente las características que detestan observar en otros. Características como la envidia, la codicia, el egocentrismo, los celos, la conveniencia, la falsedad; son algunas de ellas.
¿Qué odias en las personas? Odio a las personas que son egoístas. Ahora lo sé. Es la característica que reina en mi lista. ¿Qué más odio? No lo sé, cada día puedo descubrir nuevas cosas que no me gusta ver en otras personas.
Nunca había tenido claro eso, porque nunca me había encontrado a nadie con una característica tan marcada, o porque, eran cosas que más o menos podía soportar según de qué persona se tratase.

¿Por qué viene todo esto? Hay alguien en mi círculo temendamente Egoista. Con letras mayúsculas porque se lo ha ganado.
Sé que no soy quien para juzgar a nadie, de hecho, no es mi estilo y no me gusta hacerlo. Siempre fui de las que comprendía que todos tenemos nuestras virtudes y defectos, y yo quiero a las personas enteras. Oigo y callo, y si me lo piden aconsejo. Pero intento no juzgar por el camino, porque nunca se sabe qué te tocará vivir ni qué más factores influyen en esa persona para actuar de un modo u otro.

Pero ella, ganó la rifa. No es rivalidad femenina. No, aunque a veces, me sale la vena y despotrico a alguna mujer sin tener ni la mínima pizca de razón. Ya se sabe que el mayor enemigo de una mujer, posiblemente, sea otra mujer. Razones de genética, nos tiramos los trastos a la cabeza y no podemos evitarlo.

Es alguien a quien no considero amiga, pero sí conocida. Alguien con quien vivo buenos momentos, fiestas y alegrías, pero a quien no se me ocurriría llamar a las 3 de la mañana porque me ha entrado un ataque de ansiedad, me he peleado con mi madre o un tío se ha ido de cabrón.

La calificaría de buena persona, todos lo harían. Solidaria y siempre pensando en los demás, esa es ella. Pero yo ya me he dado cuenta de que pie cojea, y el problema es que su defecto, se carga su principal mejor característica de lleno.
Son pequeñas tonterías que te hacen ver algo en esa persona que puede ser importante a la hora de entablar una verdadera amistad con ella.

Cuando ves cómo piensa en los demás, cómo amolda sus planes para que todos estén de acuerdo y ella cede, dices: Joder, qué gran chavala. Yo quizás no haría lo mismo por alguien que realmente poco me importa.

Situación 1:

He estado viendo grandes gestos hacia otras personas, como dejarnos tirados en viajes ya hablados porque X persona quizás no podría venir y quedar mal con todos nosotros al intentar hacernos pagar su plaza que quedaba libre.Y te preguntas, bueno, si no tiene tanta amistad con él, ¿por qué queda mal con nosotros?¿por qué me vuelve loca dando la cara por alguien que no se pronuncia por sí mismo? y en los demás, ¿no piensa?¿no sabe que tendremos que dividir la plaza que deja libre y habíamos reservado para ella, porque decide no venir a última hora para no dejarlo sólo?
La duda se disipa cuando, en el viaje, al que finalmente accede venir porque todos nos echabamos encima de ella por hacernos ese feo y decide que no vale la pena dar la cara por alguien que no dice ni mu, me confiesa que le hace tilín. Y yo digo, le hará más que tilín cuando ha liado la que ha liado.
Realmente, quería que él viniera por necesidad propia.


Situación 2:
Queríamos ver una película, pero muchas dependemos aún de autobuses para volver a casa. Ahí es donde comencé a vivir en primera persona que por mí no hacía cosas que por los demás sí. No cedió cuando le pedí que eligiera una sesión antes para que yo pudiera ir. Por supuesto, mis otras amigas, accedieron a ir conmigo a la sesión anterior. Aunque a ella no le dije nada. No iba, y punto. No iba a darle encima más explicaciones. Somos un grupo, subdividido en dos más pequeños. Así que sus secuaces irían con ella, y las mías conmigo.
Una hora antes, me llama diciendome que bueno, para que yo pudiera ir, cambiaban la hora. Había puesto mil excusas para no ir una sesión antes, y parecía que lo dejaba todo de repente, para que yo, pobre Nereida que se quedaba sola en casa, pudiera ir a ver la maravillosa película de 2 horas y media.
Aquello echaba un tufo impresionante. Me dijo que avisara a mis amigas, por si les daba tiempo. Yo le dije que sí, riendome, porque nosotras ya habiamos quedado. Ella no me había salvado de la desgracia, yo solita había movido el culo para buscarme las habichuelas.
Cuando llegó al cine, venían solo dos, y cuando le pregunté por las demás... ninguna podría ir, todas habían dicho que no. Así que vi como su principal motivo para cambiar la hora fue que se encontraron solas. Si todas hubieran ido, le hubiera dado exactamente igual que yo no estuviera, porque las prioridades horarias de las demás iban por delante de las mías. Al estar todas fuera de combate, entonces fue un poco flexible conmigo y me permitió pagar mi codiciada entrada y disfrutar unas amenas horas en su preciada compañía.

Así han seguido pasando más cosas sin importancia. Estupideces que me sacan de quicio. Ver que hago mil cosas por mis amigas, y ella no tiene la decencia de mover un dedo por mí y por las demás, a no ser que sean sus secuaces.
Así que se desmonta la imagen de la mujer solidaria que piensa en los demás aunque no tenga especial relación con ellos. Que es lo común hoy día, pero, cuando no quiero hacer algo digo que no y punto, cuando no me viene bien lo hago saber y si no me apetece hacer algo por tí, no me apetece y punto. No encubro mis deseos propios y necesidades, en excusas baratas para quedar bien. O al menos intento no hacerlo.
Me siento como una quinceañera escribiendo todo esto. Pero es que me mata, y tengo que soltarlo en algún lado o exploto.




1 comentario:

  1. Nereida... conforme iba leyendo me estaba acordando de... vamos a llamarle "Carmina"... Carmina, que así vamos a llamarle entre tu y yo... es una chica de mi grupo que es igual de peedannnnnte o más que la coleguilla esta tuya... lo de Carmina es de juzgado de guardia... por suerte (o or desgracia para su persona), en mi grupo cada día la quieren menos... y es que quien es egoista, convenenciero, creido... y estúpido, al final no encaja con NADIE.

    Un Besazo guapiiiiisimaaaa!!!!!!!

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails
Las imágenes que ilustran los posts están seleccionadas de internet. Deja un comentario si alguna te pertenece y tienes algún inconveniente en que sea usada para ilustrar el blog. Gracias