jueves, 8 de julio de 2010

España- Alemania


Tengo visto y comprobado que no hace falta ponerse de alcohol hasta las orejas para pasar un buen rato, o al menos, no todos.
La semana pasada se disputó el partido Alemania-España, como todos sabreis. No ibamos a ser menos nosotras. Comimos y bebimos mientras lo "veíamos" porque por mucho empeño que le pongamos no entendemos nada y terminamos hablando de mil cosas mientras echamos de vez en cuando un ojo al marcados. Lo único que entendemos son los goles. Habrá mujeres a las que les apasione el futbol, pero nosotras tenemos muy claro que no es lo nuestro ni le ponemos el más mínimo interés por comprenderlo.
Sí, somo de esas que los unicos comentarios que hacen sobre el partido son:
-Mira el número once, que polvo tiene.
-Mira el colega, escupiendo al campo... anda que caerse ahí tiene que ser asqueroso.
-Hay que ver como suda...
-Pues la verdad es que el número tiene buenas piernas, ¿eh?

Pero como buenas españolas que somos, estamos ahí al pie del cañón, reunidas bebiendo lambrusco y vino blanco afrutado, y descorchando una botella de champán cuando nos proclamamos vencedores y nos colamos en la final.

Y lo creáis o no, pero es verdad, no estabamos borrachas porque toda esa bebida se acompañó de abundante comida española y alemana, frankfurt, que es lo único que conocemos.

Así que cogimos el coche, y fuimos a ver el ambiente que se respiraba en la ciudad tras la victoria. De las cinco solo había una un tanto mareada, y es que la cerveza le causa fuertes estragos. Aún no se porqué. Yo la llamo Cachalota o bien mi amiga la ameba, es una larga historia que algún día os explicaré.

Cachalota cuando se marea se pone un tanto pesadita. Basicamente se vuelve insoportable y repetitiva, aunque no más que yo, eso es imposible.
Paramos en un semáforo, cuando la conductora soltó:
-Madre mía, porque a mi no me tocan esos taxistas. #¬~%4$

Pues no nos tocan, porque, basicamente, no estamos dispuestas a pagar 15 euros para que nos lleven a casa teniéndola a ella de conductora.
Así que mientras daban la vuelta para dejarme en casa se le cruzaron dos locas neuronas, y comenzó a seguirlo.
Sí,sí. A seguirlo de forma descarada porque estaba la carretera desierta. A pararse a su lado en los semáforos y hacerle caritas, hasta que el chico se asustó.
Al menos eso pensamos, porque en el siguiente semáforo abrió la ventana. Mi amiga la Cachalota, con 5 cerveza de más encima, dijo:
-¿Qué?¿Ahora no nos haces caritas bombon?
Él, contestó:
- Si estáis borrachas podéis llamarme luego para que os recoja.
Mi amiga, según cuenta pretendía que le diera el número de taxi (mentira), así que le dijo que le diera el número.
Los semáforos se pusieron en verde, y comenzamos a andar muy despacio, al mismo ritmo. Entre gritos intercambiamos los móviles y cogimos caminos diferentes.
Así, que mi amiga la Cachalota le mandó un mensaje, porque ella es así y si no lo hace explota.

"Si quieres tomarte algo con nosotras danos un silbidito por un toque y quedamos!Es que como hoy ha ganado españa, todo vale. No somos asi. Muak de las 5."

No somos así de guarras, zorras y trepas, no. Pero ella estaba borracha y por eso echamos unas riras.
Lo que yo diga, para pasarlo bien no hay que estar bebidos, al menos, no todos.

*Siento la tardanza...hace casi una semana de esto, pero voy y vengo de la playa y no tengo tiempo estos días.


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