
"Vale, sí. He de confesar una cosa. Si me hubiera tratado bien, me hubiera enamorado hasta las trancas de él. Y siempre le he tenido como una prioridad, mientras él me valoraba como una opción. Todos teníais razón, pero no pude admitirlo en su momento. Ahora espero que esto me ayude a cerrar el telón y continuar con otro acto. Quiero un tiempo sin saber nada de él, para dejar que esto se enfríe del todo."
Pero, ¿dónde quedó ese tiempo? Hay un plato en la mesa, pero no tienes hambre y lo dejas. En cuanto ves que comienza a terminarse, decides que quieres algo para tí; aunque sigues sin hambre. Y pides incesablemente que te den un poco, aunque luego escondes lo que te dan bajo el mantel. Ni comes, ni quieres que se lo coman. Prefieres tenerlo ahí, por si acaso en algún otro momento tú tienes hambre.
Y ella sigue hablando de él, poniendo ejemplos en los que aparece y mencionándolo en cuanto tiene oportunidad. Pero al menos ha dado un nuevo paso gracias al cual no ha vuelto a recaer, y él parece que lleva un tiempo sin esconder comida, dejando un poco para los que vienen detrás. Algo es algo. Poco a poco.