lunes, 17 de enero de 2011

Chocolate


Tengo una gran amiga que una vez me dijo algo que se me quedó grabado a fuego en la cabeza:
- Aunque yo esté triste por un cúmulo de circunstancias y diga que no sé ni cuales son, siempre, en el fondo hay algo que es lo que lo provoca. Aunque no quiera admitirlo siempre en el fondo sé porque estoy triste, pero a veces prefiero guardarme los motivos, incluso a mí misma.

Eso ha tenido dos consecuencias en mí.
Una es que cada vez que alguien me dice que está triste por nada en particular, concretamente mi amiga la que me soltó aquella reflexión personal, no me lo creo. Pregunto siempre, ¿Seguro que no es por nada? y cuando me confirman que efectivamente no es por nada en particular, sino que su apatía responde a un cúmulo indeterminado de estupideces varias, suelto: " No me lo creo, pero si no quieres hablar de ello estás en tu derecho. Lo entiendo."

Me he vuelto una esceptica que no cree a sus amigos. Y siempre le recuerdo a mi amiga que aún tengo en mi sesera lo que me dijo cuando me sorprende con una cara apática y me suelta que ese día tiene mucha pena, aunque es muy feliz y no se puede quejar de nada.

La cuestión es que no me creo ni a mí misma. Días como hoy, en los que me entra un sinsabor de boca que sólo me permite estar tirada en el sofá sin hacer nada en absoluto, en los que veo series que me sé de memoria y que no me sacan ni una mísera sonrisa.
Días en los que digo: hoy estoy de perra. Es una frase muy utilizada por mí para darle un nombre a estos días que tacho en el calendario sin ton ni son y de los que dentro de una semana no me acordaré porque no pasó nada especial ni nada que se le acercara.

Desde entonces, mis días menos productivos se han vuelto una batalla campal en mi cabeza por saber qué me ocurre y porqué no tengo ganas de nada. No puedo ya ni estar tranquila cuando estoy triste y sólo ansío la compañía de una preciada tableta de chocolate llena de calorías vacías como dicen algunos, pero que a mi me reconforta el alma no se porqué motivo.

Y es que aunque realmente no hay motivos para estar así, lo estoy. Quizás son pequeñas estupideces, pero al final siempre termino echando en falta lo mismo. Tengo diferentes tipos de meses. Meses en los que me dan días bordes y en los que les saco punta a todo, no dejo títere con cabeza y hasta hay veces que me lavaría la boca con jabón. En esos meses agradezco estar soltera, porque, sí, señores, yo esos días los pago con mi pareja. Sea la que sea, la cuestión es verle los fallos por todos lados, de la que se libran, pobres. Luego aprenden a identificar que esos días de ese mes son peligrosos, me hacen un cerco y me dejan descargar mi rabia contra el mundo sola, porque si no, pueden acabar desquiciados. Encima no tienen sexo, porque mejor ni tocarme, así que mejor que desaparezcan. Pocos han captado eso, y muchos se han acordado de toda mi familia. Al próximo que venga lo advertiré desde el primer día, lo prometo.

Hay otros meses en los que tengo días cariñosos, pastelosos y melosos. En los que si tengo pareja, no salgo de la cama, y corre grave peligro de calambres musculares. En esos meses pastelosos, cuando estoy sola, recurro al chocolate. Me pongo triste, y es cuando le digo a mis amigas que estoy triste por nada en particular y muchas cosas sin importancia en general.
Sí, hay más pequeñas mijitas que me molestan en el zapato, pero la principal es esa.
Pero desde aquí, me pregunto. ¿Qué echo de menos? ¿el cariño y el amor o solamente el sexo?
Llevo preguntándomelo todo el día, y aún no lo sé.
Y desde aquí, agradezco a mi bella amiga, por hacerme comerme tanto la mollera. La próxima vez que me vayas a hablar del porqué de tus penas sinsentido, intentaré no escucharte. Aún sigo intentando desengancharme del chocolate.

2 comentarios:

  1. Bah....no te preocupes....solo es un dia malo..¡lo tiene cualquiera! Deja que pase y no te comas la cabeza
    Saludos coleguita

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  2. ... El chocolate!!! Nereida, a mi, en esos días me da por comer muchiiisimo mas chocolate del que como habitualmente!!!

    Esos días existen, al igual que los días de nubes, son necesarios en las personas, te ayudan a pensar, a sentarte contigo misma, a desahogarte,... quizas sea amor, cariño, sexo... o todo en una... compañía...

    Esos días disfruta de tu manta, del sofá, del chocolate... y de tí misma, de tus pensamientos, ideas, ...

    Un Besazo!!! (Mañana saldrá el sol!)

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